
Mientras observaba el brillo de sus ojos al contar su historia, tuve un flashback de futuro en forma de titular de periódico: “El psicópata de los Pedroches, por fin detenido”, pero luego pensé que quizás era algo exagerado. Tal vez su futuro sólo fuera ser carnicero o se dedicaría a la caza o la pesca con mosca. De lo que no tengo duda es que no le atraerán las artes o el budismo porque lo suyo, sea lo que sea, sería muy terrenal.
Otra de mis alumnas, M. también me contó como estuvo corriendo detrás del gorrino en la matanza del fin de semana. No pudo cogerlo, claro, pero le gustó ver “como chillaba y chillaba como si estuviera loca la cerda”. Su hermana, sin embargo, dijo que le daba miedo porque era fea y negruza. No todo está perdido.
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