martes, 22 de febrero de 2011

Valientes

La revolución popular, que se extiende como una mecha de necesidad por todo Oriente próximo, ha tenido su punto álgido en Egipto. La pobreza, la falta de democracia y la falsedad de los dictadores,que se agarran como desesperados a su trono regalado, han hecho que el pueblo se rebele con toda justicia. Mientras el coste humano va aumentando, Occidente sigue con asombro e indiferencia la enorme valentía de los ciudadanos de los paises árabes, a los que muchas veces hemos acudido como turistas haciendo la vista gorda de las desigualdades sociales que padecían.
Estas revueltas son, sin duda, una lección para los europeos que, aunque no estamos sometidos a esas dictaduras, sí lo estamos a otras, a las dictaduras de los bancos, del dinero, de los mercados, ante las que -increiblemente- seguimos anestesiados sin indicios de reacción alguna. Así nos va.

domingo, 13 de febrero de 2011

San Valentín

El día de San Valentín es una chorrada. Cenas románticas, flores, regalos para enamorados. Demasiado azúcar. Nadie sabe muy bien lo que es el amor. Existe el amor a los animales, a las plantas, a las madres pero cuando se concentra en una sola persona la cosa se complica. Puede que el amor sea evitar el daño a la otra persona pero a veces, queriendo eso, ocurre lo contrario. Puede que sea sacar la basura, tender la ropa, preparar unas berenjenas rellenas con queso parmesano. O estar alerta para que nada le perjudique, o estar en silencio juntos. Algunos identifican el amor como una gran porción de afecto siempre preparada para ser entregada. Otros creen que es proyectarse, soñar y reír en la misma dirección, no tener descanso para la escucha, bañarse en aguas de paciencia para resistir las inclemencias de las rabias ajenas, comprender que el tú es tan yo como tú. Mirarse al espejo y deformarse para adaptarse, caminar con piedras en los zapatos para no adelantar el paso, hurgarse la herida para sangrar y esperar.
Los amantes modernos son impacientes, escrupulosos y mediáticos .No soportan el error y jamás pierden la esperanza de encontrar algo mejor. Sea como sea, el amor permanece, se extingue y luego reaparece en las caras de los adolescentes de los parques. Arrugado, también se le ve reposar en los rostros de ancianos calmados por el tiempo. Cuidad el amor, que bien vale una pasta.

martes, 8 de febrero de 2011

Nos va quedando el rock


Hace dos días murió en Estepona Gary Moore. Este guitarrista irlandés, amante del blues y que fue componente del energético grupo Thin Lizzy, manejaba como pocos las seis cuerdas para sacar rock de ellas de una manera muy potente. Un poco olvidado últimamente, fue conocido por el gran público por sus baladas, que era lo más comercial y no lo más interesante de su carrera, como suele ocurrir.
A los que somos de cierta generación rockera, que aún tenemos discos de vinilo, cassettes y compramos cds !originales! nos va pareciendo ya que el rock clásico se difumina cada vez más. Casi todo lo que se escucha en esa línea bebe, demasiado evidentemente, de los grupos de los 70, 80 e incluso 90, y no aparecen muchos nombres a los que recordar por su ferocidad, su energía y su originalidad rockera. Con las discógraficas en peligro de extinción, con la música comprimida hasta hacer inútil el proceso de producción, con la carátula de un disco como algo anecdótico, con la fagocitación desde internet y los productos de consumo del rock reducidos a trocitos pegadizos de música para ilustrar imágenes de coches, poco nos queda que celebrar en el mundo del rock.
Hay gente que se recicla de una manera inteligente (autoeditan sus discos y los promocionan de otras formas) y los más viven de sus conciertos esperando que su público acuda tras haberse bajado de internet su discografía en una sola tarde.
Los viejos rockeros nunca mueren aunque algunos se empeñan en sacar tajada, de manera patética, remezclando sus canciones para que las nuevas generaciones las escuchen en su móvil de última generación o las oigan de fondo de un demencial programa televisivo de citas sentimentales.
Seguiremos acudiendo a nuestra colección de discos y cds porque la música rock, aunque básica en su concepción, repetitiva a veces y muy estridente algunas veces, nos sirve de terapia para afrontar este mundo que evoluciona tan rápido que nos pasa por delante sin enterarnos.