lunes, 25 de enero de 2010

Mina

Mina fue mi gata casi 7 años. Se fue rápidamente, con discreción, como lo hacía casi todo, con esas almohadillas que tenía en las patas que la hacían ser sigilosa y secreta. Cuando menos lo esperabas la tenías en el sofá, junto a tu cabeza, mirándote con calma.
No sé si supo que fue un antídoto contra la soledad durante muchos años ni que su ronroneo era un relajante natural para mí, poco dado a relajantes. No sé si llegó a imaginar el bien que me hacía, a cambio sólo de unos kikos, un poco de agua y una caja de arena donde hacer su pis mirando al techo.
Una vez tuvo cinco gatitos y los tuvo con el gato más feo del lugar y otra vez pilló una pulmonía por exceso de chimenea y frío polar. Cuando se enfadaba se metía debajo de las nagüillas y me mordía el codo. Hoy la casa la echa de menos y hace ruidos para llamarla: el grifo gotea, las maderas crujen y el tic tac del reloj suena más fuerte. Me quedaré con el mejor recuerdo, aquel día en que, enfermo y metido en la cama las veinticuatro horas, Mina no se separó ni un momento, postrada, al final de la cama, vigilante. De pocos humanos podría hablar tan bien.Como dijo un escritor:"Si nunca has querido a un animal, parte de tu alma estará dormida"

miércoles, 20 de enero de 2010

Tonto a la vista

La tontura tiene muchas formas y variantes.Ya dijo alguien que la inteligencia es limitada pero no así la tontura. Existen el tonto del culo, el tonto laba, y el tontaco, común éste en cada una de las comunidades autónomas españolas. Según investigaciones recientes hay un método eficaz para reconocer a un tontaco. Consiste en lo siguiente: Se le pide que pasee a un perro y enseguida te das cuenta, cuando ves que el perro le pasea a él y no al contrario, de que es un tontaco.
Todo esto viene a cuento del que me parece que es (que fue) un tonto con mayúsculas. Que me perdonen sus amigos y parientes, pero este millonario menorquin que ha dejado toda su fortuna a los príncipes de Asturias es un Tonto. Porque se me ocurren miles de personas que necesitan de su altruismo con urgencia, cientos de causas por todas partes sedientas de dinero para revitalizar vidas anónimas. Si, nadie le quita su derecho a hacer lo que quiera con su dinero pero, por favor, algo de inteligencia que a la Casa real chorrean los euros. Euros salidos de nuestros impuestos.
Hubiera preferido que dejara el dinero a investigar porque las peras tienen rabillo y no así los melocotones, o porque el bostezo se contagia, o para que sirve el dedo pequeño del pie o porque cuando llueve encogemos los hombros. En fin...

viernes, 15 de enero de 2010

Mis pelis del 2009

Todos los años, cuando la Navidad deja paso a la realidad bruscamente, tiendo a recordar a aquellas películas que me dejaron un buen sabor de boca y que bien valieron su entrada. Los criterios son siempre confusos y caprichosos pero habitualmente me remito a algo que no me falla: la persistencia en la memoria de algunas imágenes o ideas imborrables. El tiempo habitualmente da o quita la razón a todo. Y estas son, en cualquier orden:
-Déjame entrar, o como hacer una peli de vampiros social y llenarla de emoción
-El secreto de sus ojos, o como mezclar drama, historia, suspense y amor y no meter la pata en nada
-Los mundos de Coraline, una enigmática historia infantil llena de fantasía e imaginación
-500 días juntos, porque el amor ya no es lo que era y ya va siendo hora de darse cuenta
-Malditos bastardos, Tarantino sin prejuicios, divertido, cumpliendo el sueño de todo judío
-The visitor, un cuento sobre la sociedad del siglo XXI y su única salida:la integración
-Gran torino, Clint Eastwood manteniendo el nivel y dando la vuelta a Harry el sucio
-El curioso caso de Benjamín Button, un cuento original con un romanticismo ya olvidado
-Celda 211, cine con fuerza, directo, hecho sin complejos.
-Agora, una película discutible pero valiente, cuyo presupuesto quizás no la dejó apreciar bien.

lunes, 11 de enero de 2010

Soy un prisionero de la nieve

Jack Torrance, el personaje que interpretaba Jack Nicholson en “El Resplandor”, quedaba aislado por la nieve en un hotel enorme con su mujer y sus dos hijas. Poco a poco se le iba la pelota, cogía un hacha y las perseguía con ánimo de trocearlas. Hoy me acordé de la película cuando mi casa de la aldea del Alcornocal se ha quedado completamente aislada por la nieve y no puedo salir ni a por tabaco. Por todos lados un manto blanco me acompaña. Ya no es Navidad así que no hay componente vacacional ni festivo. Tampoco tengo compañía a la que descuartizar (excepto mi gata, que desconfiada de mis miradas, se esconde bajo las nagüillas con discreción). Así que es aislamiento puro y duro. Es precisamente ahora cuando más gana tengo de salir, aunque haga frío, no haya nada que hacer y tenga muchas tareas pendientes.
Así somos los humanos. Esclavos de la contradicción, hoy soy prisionero de la nieve y ayer lo fui de las rebajas (el nombre viene de lo que nos rebajamos como personas ante un consumo innecesario) y mañana lo seré de aparatos electrónicos que, andaquesí, me hacen creer que soy mas feliz.
Estoy prisionero y sé que no puedo salir pero si pudiera tampoco saldría. Porque es domingo y hace frío, porque estoy flojo y porque me gusta leer.
Buñuel en su peli “El angel exterminador” reunía a un grupo de burgueses decadentes en una sala de la que, a pesar de estar completamente abierta, no podían salir. No había ningún motivo, ninguna razón.Era una genial metáfora de lo que somos muchas veces, prisioneros de prejuicios, pensamientos y opiniones de los que no podemos salir, a pesar de que, increíblemente, nada nos lo impide.

miércoles, 6 de enero de 2010

Los reyes magos y el potaje

Hace unos años un hombre mayor me contó que él había salido una vez de rey mago. Fue una experiencia única y muycansada.Ni siquiera cenaron. Fue entonces cuando uno de los otros reyes les propuso que fueran a su casa "a ver loque pillaban". Cuando estuvieron allí se dieron cuenta de que la mujer había preparado para el dia siguiente una olla de potaje. Ensimismados, hambrunos, decidieron comérsela. Justo entonces, cuando más entusiasmados estaban comiendo, el hijo mas pequeño de la casa se despertó y los pilló in fraganti. Pasmado por la situación, salió corriendo a buscar a su madre diciendo:"Mamá, mamá, los reyes magos se están comiendo el potaje..."
Aquella terrible experiencia infantil marcó, sin duda, la vida de aquel pequeño que, esperando sus regalos, se encontró con una dura realidad: los reyes magos no sólo no le trajeron nada sino que además se estaban zampando su comida.
Hoy la fiesta de los reyes es todo consumo y derroche pero todavía le brillan los ojos a los mas pequeños cuando se van a la cama el día 5.Algunos ni siquiera duermen.
Felices reyes.