domingo, 18 de marzo de 2012

Esclavos

En épocas remotas eran los esclavos los que mantenían el "status quo" de la sociedad, trabajando como bellacos mientras los de arriba se chupaban los dedos. Aunque la sensación actual de libertad es casi total (si hablamos de las democracias) evidentemente se nos orienta convenientemente para ser sumisos a los valores propios del sistema, tanto para la adquisición de productos en el mercado (publicidad), como para su adhesión emocional con el modo de vida y los intereses propios de éste y de las clases dominantes que controlan su funcionamiento. La publicidad y el consumo, con sus amigos los bancos de cómplices faltos de moral y ética, se revelan como soldados eficaces para el correcto funcionamiento del sistema económico vigente, ahora tocado por la crisis cuando el sueño se ha transformado en pesadilla.
Esclavos de la hipoteca, de la tecnología, de la moda, de la televisión. Esclavos que remamos al unísono creyendo que hacemos lo que queremos y no lo que nos dicta la sociedad.Apañaos vamos.

jueves, 1 de marzo de 2012

De risa

Este señor de la foto es el presidente de la CEOE y se parte el culo de risa porque es feliz. Feliz porque el gobierno de Rajoy ha hecho la reforma laboral de sus sueños, aquella que facilita el despido, se pasa por el forro la negociación colectiva y le pone las cosas fáciles para echar a la calle al que quiera si su empresa no va bien. Un atraso.
Su perversa risa sólo es comparable con la soberbia de Soraya. Esta ministra prepotente y vanidosa que disfruta diciendo las cosas que tenemos que hacer. Esta señora que, a la semana de dar a luz volvió al trabajo, como si eso de parir y criar fuera cosa ligera. Un mal ejemplo para todas aquellas mujeres que tienen todo el derecho a disfrutar de su baja maternal, recuperándose y teniendo a su hijo para disfrutarlo.
Por eso son necesarias todas las manifestaciones que hagan falta y no son, según cuenta el facha ABC, organizadas por nadie, ni todos son violentos que dan la nota y que son ejemplos aislados y lamentables de las marchas en la calle. En Islandia mandan a las cárceles a banqueros y políticos, aquí les ponemos las cosas aún más fáciles y le reímos la gracia. Así nos va.