sábado, 19 de marzo de 2011

Miedo

Viendo las sobrecogedoras imágenes de Japón, los miles de japoneses que han muerto o los que se han quedado sin nada, viendo la desolación, la crueldad sin límites de la naturaleza, nos da el miedo. Y es el miedo a saber que no somos nada en este planeta, que jugamos con fuego (nuclear), que nos engañamos continuamente para mantener un bienestar sonámbulo, un consumo desequilibrado y un sueño que, como ahora, amenaza con despertar a una terrible realidad.
La televisión nos muestra a los japoneses sin histeria, acongojados y aterrorizados por dentro, prudentes en su terrible tragedia, meditativos ante la barbarie de la Tierra rota. Japoneses que son capaces de anteponer el orden social a sus necesidades personales , cosa que quizás no ocurriría en nuestro país.Por eso les debemos una oración (o al menos nuestro pensamiento piadoso) porque nos hacen ver que no debemos aferrarnos demasiado a lo terrenal ya que estamos aquí de paso, por casualidad, aunque parezcamos, en nuestra enorme estupidez, los amos del mundo.
No podemos estar indiferentes ante la tragedia, ni tampoco hacer grandes actos para evitar el sufrimiento, pero si podemos ser benévolos y dejar de mirarnos el ombligo y pensar que somos seres humanos afortunados de estar vivos y en paz, aunque sólo sea en realidad una pequeña parte del mundo la que tiene ese enorme privilegio.

martes, 8 de marzo de 2011

Sin palabras




miércoles, 2 de marzo de 2011

Sin riesgo

Previsibles, aunque no por ello inmerecidos, fueron los Oscars de este año. Una vez más, como viene siendo habitual en estas estatuillas, los premios recaen en personas con trastornos físicos o psíquicos, o directamente en majaretas, como la protagonista de “El cisne negro”, esa bailarina, protagonizada por Natalie Portman, que pierde la cabeza en su ánimo de ser perfecta. Algo así como les pasa a los tontacos de Operación Triunfo.
“El discurso del rey”, estupenda película con tintes de clásico, sí que ha hecho algo verdaderamente importante y es dar voz a aquellos que precisamente tienen problemas para hacerla fluir de su garganta con normalidad. También, supongo, habrá hecho incrementar la clientela a logopedas de todo el mundo que habrán agradecido este “boom” de los problemas del habla.
Como es normal en este país tan contradictorio, capaz de lo mejor y lo peor en muchos aspectos, la ceremonia fue transmitida con el retardo de siete segundos con el ánimo de censurar las posibles salidas de tono. Una de ellas fue el taco que la actriz Melissa Leo dijo al recibir su premio y la otra, que ni siquiera apareció en pantalla, fue el beso en la boca(en la foto) de Javier Bardem y Josh Brolin, compañeros de reparto de “No es país para viejos”. America sigue siendo el país de la supuesta libertad, incapaz de emitir un beso o un taco en directo por ese puritanismo tan inútil.
Por lo demás hubiera preferido que “La red social” se llevara los premios gordos porque es una película que refleja la sociedad actual, cosa que pocos hacen, y la refleja a través de un guión inteligente y audaz. Tampoco fue premiado el fantástico(y necesario) documental “Exit through the gift shop”, un complejo y estimulante documento sobre la sugerente y misteriosa personalidad de Banksy, supuesto director del mismo, y figura anónima del arte callejero, que pone patas arriba el concepto del arte moderno.
Cuando uno se entera de que Hitchcock, Orson welles o Greta garbo nunca recibieron un oscar por su trabajo(sí honoríficos) y que sí se lo dieron a Sandra Bullock(¡) empezamos a entender que en realidad los Oscars no son tan importantes.