Gracias , señor presidente, por cargar sobre nosotros el peso de la crisis. Por darnos la inmensa satisfacción de levantar el país con nuestro mísero sacrificio. Usted, igualmente, se ha bajado el sueldo, cosa que me parece estupendo pero podía hacer lo mismo con sus amiguitos de la realeza, esos que viven de nosotros, a los que ni siquiera hemos elegido.
Ya puestos podían pedirle algo a los bancos, que este año pasado, en plena crisis, han obtenido 17.000 millones de euros de beneficios, a costa, como siempre, del sufrimiento de la pequeña y mediana empresa. Este poder financiero, y esa patulea de sanguijuelas especuladoras que han inflado el país para enriquecerse, me temo que no van a aportar nada a la salida de la crisis. Eso si, que lo paguen los viejunos que se gastan el dinero en medicinas y no aportan nada al desarrollo del país.
Podía usted subirle la renta a los ricos o que pagaran lo justo por tener tantas propiedades y tantas casitas pero no, usted prefiere que paguen los de siempre. Usted sabrá.Nos vemos en la huelga.
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