Algo ha cambiado en los académicos de la churrería de Hollywood para dar los principales premios a una peli pequeña (en presupuesto) como “En tierra hostil” e ignorar a una grande (en presupuesto) como “Avatar”. La ganadora es una eficaz reflexión sobre la adicción al riesgo, la adrenalina de la tensión constante frente a una vida rutinaria y vacía de emoción.(Si, si, esa que se parece a la tuya y a la mía). Su directora, Kathryn Bigelow, recoge (y ya era hora!) el primer Oscar que se le da a una mujer directora, coincidiendo curiosamente con el día de la mujer trabajadora, osea que este es ,diríase, el primer Oscar a la mujer trabajadora.
Se premia así al cine, a las historias, y no a los efectos especiales y los fuegos artificiales. “En tierra hostil” es una película dura, seca, a veces muy subjetiva (ignora el punto de vista irakí) pero valiente y emocionante.
Respecto a los demás premios me alegra especialmente el de “El secreto de sus ojos”, una de las grandes del año y el de Jeff Bridges, un gran actor al que no le hace falta el Oscar, y que nos regaló momentos tan memorables como los de “El gran leboski” o “Tucker”, aquella estimulante peli de Coppola.
Pero debemos restar importancia a esta fiestecilla de los Oscars porque, a excepción de los honoríficos, nunca ganaron un Oscar: Alfred Hitchcock, Cary Grant, Chaplin, Greta Garbo, Fritz Lang, Stanley Kubrick, Orson Welles, etc…una lista, lamentablemente, con los mejores del cine. Afortunadamente el tiempo, juez implacable, pone a todos en su sitio.
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