España se levantó el lunes de derechas. Y su triunfo no fue por sus méritos propios sino por las torpezas socialistas ajenas. Y acojona que granujas imputados en casos de corrupción hayan sido elegidos (como en Valencia) o hayan sacado concejales (como en Córdoba y el partido de Sandokan). Poco se ha hablado de los otros de las elecciones: los que no han votado, que han sido muchos, los votos nulos y en blanco, y la izquierda que intenta hacerse un hueco. El PP va a tener que enfrentarse a una sociedad cabreada que, me temo, va a cabrearse más si siguen la línea de Aznar. Y sobre todo se darán de bruces con el creciente movimiento 15-M al que ya, en un arrebato de ignorancia y vanidad, ningunean con su cancioncilla:”Esto es democracia y no lo de Sol”. Apañaos van.
Choca el triunfalismo de la derecha pues jamás semejantes tipos habían tenido tan grandiosa suerte . Y más me choca un país que haya optado “por lo que sea” con tal de castigar al ingenuo de Zapatero y su lamentable política social. Sea lo que sea va a ser un año movido para sacar adelante a un país económicamente devastado y demasiado herido en su población más trabajadora y modesta.
Sólo espero que la llamada “spanish revolution” , en las antípodas del programa del nuevo gobierno pepeísta, no se desinfle y saque adelante propuestas efectivas para armar de ilusión a un país que ya no cree en nada. Quizás por eso han votado al PP.
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