
Así somos los humanos. Esclavos de la contradicción, hoy soy prisionero de la nieve y ayer lo fui de las rebajas (el nombre viene de lo que nos rebajamos como personas ante un consumo innecesario) y mañana lo seré de aparatos electrónicos que, andaquesí, me hacen creer que soy mas feliz.
Estoy prisionero y sé que no puedo salir pero si pudiera tampoco saldría. Porque es domingo y hace frío, porque estoy flojo y porque me gusta leer.
Buñuel en su peli “El angel exterminador” reunía a un grupo de burgueses decadentes en una sala de la que, a pesar de estar completamente abierta, no podían salir. No había ningún motivo, ninguna razón.Era una genial metáfora de lo que somos muchas veces, prisioneros de prejuicios, pensamientos y opiniones de los que no podemos salir, a pesar de que, increíblemente, nada nos lo impide.
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