Llega Agosto, el mes de los cerebros en servicios mínimos, el mes del calorín, del gazpacho, de la sombrilla en la playa y la tortilla llena de arena. Este Agosto es más asqueroso porque está Rajoy de presidente, el presidente cobarde que no asiste al congreso cuando la situación es delicada, el presidente que está hundiendo este país y no pierde el sueño. Nosotros mientras, en la retaguardia nos paseamos por las piscinas y los mares, merendamos y siesteamos, nos hacemos más viejos con la incertidumbre del futuro negro azabache, del odio revenido a los políticos inútiles, a los banqueros superprotegidos, a los alemanes, al IBEX 35 y al IVA. Agosto se irá y con él su sensación de levedad para entrar, andaquesí, en un Septiembre que se augura rocoso, turbio y si somos ingénuos, con esperanza.
No lo dude, báñese, frótese bien y escuche a las chicharras, ese repiqueteo de alas en celo que parece avisarnos de algo. Vaya usted a saber de qué.
No hay comentarios:
Publicar un comentario