Hay momentos en que el torrente de ideas, sensaciones,
emociones y berrinches se agolpan en tu cabeza a modo de atasco de tráfico. En
estos días de nubes negras vienen las palabras directamente del lado oscuro, de
la rotonda cerebral que nos conecta con el odio y la desesperación. La culpa de
todo esto la tiene una persona odiosa, inútil, prepotente, mediocre, mentirosa
como el sr. Mariano y su gobierno de descerebrados salvadores de la patria. Y se
sabe que insultar es de ser poco elegante pero también es el sentir y el
desahogo de la gente de la calle. De esas personas que este gobierno no ve, que
lanza al hambre, a la ansiedad a vivir en tensión continua. Yo tengo trabajo y
me quejaré poco. Verlos a diario mintiendo da mucho asco, ver a esos ministros
que son puro escombro justificando lo injustificable alcanza un patetismo de
alta montaña, ver como hunden el país bajo la coartada del dinero prestado que
por malos derrochamos, es una experiencia que no se olvidará fácilmente.
Nadie en su sano juicio podría votar hoy a un personaje de
la calaña de Mariano. Nadie en la historia de la democracia ha hecho tanto daño
a un pueblo en tan poco tiempo. Nadie ha sido tan hipócrita, tan ingenuo, tan
esclavo de los grandes mercados y los bancos. Nadie ha maltratado a tanta gente
diferente: funcionarios, jubilados, parados, enfermos, médicos, pequeños
empresarios, etc…El tiempo pondrá a este canalla en su lugar y demostrará que
sus inútiles métodos para controlar la prima de riesgo y la bolsa eran un
absurdo. Subir los precios de casi todo, quitar pagas extras, reducir la paga
de desempleados, hundir la cultura, manipular TVE y RNE (ya han empezado a
echar a clásicos de las ondas).Todo es un despropósito, una carnaza para calmar
la voracidad del monstruo del mercado del capital.
Nunca (o casi nunca) estoy poseído por la ira y el rencor,
pero al día de hoy, y reconociendo ser una mala persona, deseo lo peor a esta
panda de atracadores y golpistas del gobierno, a esta chusma malnacida y ciega
que han empobrecido este país y nos han hecho peores personas.
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