
No cuadra que paguen siempre los mismos, que nos apretemos el cinturón porque la cosa no parezca tener solución en las cabecitas y cabezotas de aquellos que cobran para solucionarlo. Un mundo raro donde sinvergüenzas de familias reales acabarán saliendo inmunes de su evidente fango de miseria moral, y donde comprar trajes con dinero público es lícito y, oiga usted, hasta simpático. Es mejor hacer como Alvarez Cascos que, en cuestión de meses, ha reconocido su incapacidad para manejar el asunto y convoca elecciones, que ahora están de oferta.Qué pereza da todo y que sensación de que los niños ricos estrenan zapatitos y nosotros llegamos a la casa con las rodillas llenas de moratones.
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