
A poco se pueden agarrar los mineros chilenos que están sepultados en vida. Sobreviven gracias a la esperanza de salir pronto, a los mensajes de su familia, al clima artificial día/noche que la NASA les ha montado para que crean que allí, en aquella ratonera, el sol sale y se esconde como si estuvieran fuera. Así, mientras la depresión les persigue para devorarlos, tienen que agarrarse a lo que sea para aguantar la terrible situación.
Mientras, en España, los políticos dicen palabras necias y se preparan para seguir torturándonos con su verborrea sin fin. Ojalá los mineros salgan pronto y de paso metan a Aznar.
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