
En el mundo todo sucede por azar. Las trayectorias de todas las cosas con vida (o sin ella pero achuchadas) se entrecruzan constantemente y determinan que usted conozca a la persona amada (o a la que luego le destrozará), a los amigos adecuados o a aquel que le atropellará o dará el número agraciado de la lotería primitiva que, por el estúpido movimiento de las bolas en el bombo, llegará a alinearse en la sucesión numérica adecuada que hará de usted una persona diferente y a otro una persona decepcionada.
Fuera del planeta también las cosas se mueven y la gravedad las hace redondas. En el Planeta Tierra nada puede estarse quieto pues el movimiento es vida y la quietud, muerte. Pero no se equivoque, lo que más influye sobre usted mismo es usted mismo y ese amasijo de conexiones neuronales que intentan abrirse paso en el caos de apariencia ordenada llamado rutina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario