Hace ya algunos años que no veo un santo. Prefiero irme al campo y coger collejas, o visitar a mi tia aguela. De pequeño me gustaban sus olores, su batiburrillo humano y sobre todo sus gambas. Ahora ya no como nada que tenga ojos.
Las bandas de tambores pueden ser armónicas y rítmicas pero también una pesadilla que te persigue hasta los pies de tu cama. Ese soniquete que no para mientras tú te tapas la cabeza con las sábanas.
Hay quien dice que los santos son muñecos llenos de flores pero los más les parecen figuras llenas de emoción y piedad. A mi cuando los miraba de pequeño, tenía miedo de que moviesen sus ojos. Creo que una vez hasta ví a uno guiñarme.
Como no soy religioso ni como gambas, la semana santa se me escapa y es una lástima porque al menos estrenaba una camisa el domingo de Ramos. Ahora ya ni eso.
1 comentario:
Yo no estrené camisa el domingo de ramos, soy religioso "inconfeso", no veo procesiones desde que dejé de ir debajo de ellas, puedo ser extraño en estos temas..., la verdad es que no veo estas cosas porque me emociono y no se por qué..., puede ser irracional, incomprensible, pero no tengo tu arte soooooooo "cabrón" (entiéndase de Cabra), te esperamos en la Pacua..., los Moraos, por supuesto.
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