Como a esta muchacha, muchas veces lo mejor sería tirarnos a la papelera de reciclaje. Tomar vacaciones de uno mismo para salir frescos, contaminados de nuevas miradas a las cosas, despojados de tics y prejuicios habituales, transformados (al menos por unos dias) en otros, para luego volver a uno mismo y celebrarse por todo lo alto porque, en el fondo, no hay más remedio que ser uno mismo todo el rato.
Uno es uno y su mochilita de cosas:gustos, aficiones, miedos, deseos y un largo etcétera y ahí vamos. Cuando tenemos mas tiempo libre nos miramos mas al ombligo y a veces da miedo. Por eso no sé por qué nos quejamos tanto del trabajo. En el fondo es una alegría, una ayuda para hacernos mas superficiales y menos metafísicos que uno luego piensa y le salen cardenales en el cerebro.
1 comentario:
Nos reciclamos continuamente más cuando los imponderables de la vida nos acomenten con alevosia. Kizas el fondo genético nos haga tener el mismo tronco prisionero que el tiempo se encarga de endurecer, las vacaciones y meditares solo de ver y los avatares diarios solo de doblar o dar esbeltez. El trabajo es de lo más divertido podria pasarme toda la vida observandolo.
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