
De pequeño me entusiasmaba tomar el gazpacho frente a las olas, ver a a las chicas con poca ropa, comer la tortilla de papas antes de que la arena la hiciera granulosa.
La playa es sólo un lugar para pasear a media tarde y ver los colores del sol y del agua entremezclarse y que ese vientecillo te acaricie las partes nobles pero todas las playas deberían ser nudistas por decreto para darnos cuenta de nuestras debilidades, de que en realidad no somos mas que bichejos disfrazados que un día creimos ser acuáticos. Por eso nos comemos a los peces, por envidia.
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