Hasta aquí hemos llegado. El nivel de indignación, malestar, humillación, cabreo y arcadas varias ha llegado a su punto álgido. Cuando los que nos gobiernan mienten, son arrogantes, insensibles, ajenos a la ciudadanía no merecen estar ahí. Cuando además roban, estafan, difaman, amenazan y se ríen de nosotros la cosa rompe los nervios. Hay un error de bulto. Ellos están ahí gracias a nosotros, están para servirnos y no para machacarnos, debilitarnos y hacernos el mayor daño posible.
No hay salida. O se arregla ésto o pasamos (por fin!) a la acción de verdad. Ya estamos tardando.
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