En épocas remotas eran los esclavos los que mantenían el "status quo" de la sociedad, trabajando como bellacos mientras los de arriba se chupaban los dedos. Aunque la sensación actual de libertad es casi total (si hablamos de las democracias) evidentemente se nos orienta convenientemente para ser sumisos a los valores propios del sistema, tanto para la adquisición de productos en el mercado (publicidad), como para su adhesión emocional con el modo de vida y los intereses propios de éste y de las clases dominantes que controlan su funcionamiento. La publicidad y el consumo, con sus amigos los bancos de cómplices faltos de moral y ética, se revelan como soldados eficaces para el correcto funcionamiento del sistema económico vigente, ahora tocado por la crisis cuando el sueño se ha transformado en pesadilla.
Esclavos de la hipoteca, de la tecnología, de la moda, de la televisión. Esclavos que remamos al unísono creyendo que hacemos lo que queremos y no lo que nos dicta la sociedad.Apañaos vamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario