Así de repente se nos fue Michael Jackson. Yo lo prefiero recordar de pequeñajo, con su gran bolondrón de pelo, negro, algo triste, eso si, porque su padre usaba la correa mas de la cuenta.
Compuso algunas de las coplas más adictivas del siglo XX, echó mano de Quincy Jones para hacerle un album poderoso (Off the wall) y después, ya se sabe, su archifamoso "Thriller". Revolucionó y dió brillo a la música funky vistiéndola de pop y nos metió ritmo en el cuerpo porque lo que hacía lo hacía con mucha gana.
Después sus paranoias, sus contradicciones, sus frustraciones, su confusión permanente y la enfermedad (psicológica y física) que le rondó. No llegó a saber quien era, consumido por la fama, devorado por el gigante de los medios de comunicación, que lo endiosaron y lo machacaron a partes iguales.
Hace tiempo ya que se nos fue el verdadero Michael Jackson pero su música seguirá siendo contagiosa y brillante, y ahora queda el mito y, afortunadamente, su música.
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