El sentido común, el menos común de los sentidos es lo que detecto viendo al presidente de Urugay, Mujica, en una entrevista en Salvados. A pesar de ser presidente de la república, vive en su cortijo, dona casi todo su sueldo, pasa de protocolos y es sobrio, sincero y coherente.
Nos llama la atención que un político sea asi, viendo la cantidad de miserables que abundan por nuestros lares.Nos choca su aplastante lógica, su humanidad, su crítica al consumo y a los mercados, su peste por la asquerosa política capitalista que domina Europa. La semana que viene votaremos y me da la impresión que nada o poco va a cambiar, que la ceguera continúa, que la inercia del capital y el atontamiento general es tan grande que no vamos a confiar en quitar a esos dos enormes partidos corruptos. Lástima. Nos hacen falta Mujicas.