Vista la comparecencia inútil y patética de Rajoy (leyendo la famosa "fin de la cita" que estaba entre paréntesis y no debía leer) y vistos sus argumentos infantiles poco nos queda ya que vegetar y esperar que el fogoso Agosto nos consuma por los pies.
Los argumentos de gobierno (y también oposición) son siempre de niños de Preescolar (y que me perdonen estas santas criaturas). Se reducen fundamentalmente a dos.
1-Yo no he sido...
2-Y tú más...
y con eso pues lo explicamos todo. No hay que dar explicaciones convincentes, sólo negar y atacar al contrario. Una autentica falta de respeto a la inteligencia del ciudadano, hastiado de ver correr dinero por las cloacas del Parlamento.
Tiene suerte Rajoy de que sea Agosto y nuestro cerebro esté en servicios mínimos y que nos interese más un gazpacho que su careto de registrador de la propiedad incapaz de vislumbrar un mínimo de honestidad y decencia. No se vaya, sr Rajoy, disuélvase en el asfalto y quédese como una mancha a pisotear por nuestros sufridos pies de personas pagadoras de impuestos.